Juana

No me olvido porque cumple el 21 de abril y unos días después pasó lo del tío Miguel. Fuimos el domingo siguiente a comer con los abuelos y él no estaba. Mamá lloró mucho, y no quería hablar del tema. Llamaban todo el tiempo por teléfono y ella se escondía para hablar sin que yo escuchara. Después fue lo del tío Julián, casi igual; de un día para otro, dejó de ir a lo de los abuelos. Pero esta vez a mi mamá se le escapaban cosas, decía que había un error, que no sabían nada, que la policía nunca acertaba, y que no se puede hacer eso, y menos si no habían conocido a esa turra (así decía), que lo único que quería su familia era sacar plata o sacárselo de encima o hacer quedar mal a la familia o todas esas cosas juntas.
En la foto se los ve a los dos alejados, pero mamá dice que no había sido siempre así. Desde chicos habían compartido la cucheta, la ropa, los amigos, Racing, todo. Menos las novias, creo. Después no tanto, Julián terminó la colimba y se ve que le gustó porque se hizo militar, en cambio Miguel empezó a estudiar para ser escritor de diarios y ahí parece que se pudrió todo, porque parece que es difícil estudiar eso y que te caigan bien los que usan uniformes (o al revés, ya no me acuerdo cómo es que me explicó la Abu)
La cosa es que ya no van más los domingos, y tampoco va papá, y a mí a veces me lleva mamá y otras veces no, y va ella sola, y se va enojada y vuelve llorando y más enojada todavía. A mí mucho no me importa si no voy porque ya no están los tíos, ni mis primas, y la abuela está todo el tiempo como triste, y no tienen tele. Así que prefiero quedarme en casa.